La llamada del movimiento
(Una historia sobre cilios y flagelos… aunque ellos no quieren que los llames así)
Cuando la célula 78 comenzó a vibrar sin motivo aparente, nadie en el laboratorio dijo nada. Al principio.
El cultivo estaba perfecto, los nutrientes medidos al milímetro, la temperatura mantenida con precisión quirúrgica. Pero la muestra se movía. No en sentido metafórico. Se deslizaba. Palpitaba. Se dirigía, poco a poco… hacia el borde del portaobjetos.
La becaria Emilia fue la primera en notarlo. También fue la primera en no volver después del almuerzo.
El doctor Rizzo revisó las grabaciones. “Probablemente artefactos del microscopio”, murmuró. Pero bajó la voz al ver la cinta a velocidad reducida. Las imágenes no dejaban lugar a dudas: estructuras delgadas, casi imperceptibles, latían como látigos coordinados, como si obedecieran una inteligencia olvidada.
Uno era largo, ondulante. Otro, una selva de diminutos pelos que latían como un corazón exiliado.
—¿Cilios? —dijo Rizzo, dudando de su propia voz—. ¿Flagelos? ¿Cómo lo aprendimos nosotros… o cómo lo recuerdan ellos?
Esa noche, algo más se movió. Los recipientes del cultivo fueron hallados en la incubadora… abiertos. Y en las placas, ya no estaban las células originales. En su lugar, había otras. Más grandes. Más rápidas. Con apéndices nuevos.
Los llamaron “estructuras locomotoras”.
Pero todos sabían que esa palabra era insuficiente.
Una semana después, uno de los investigadores desapareció en el sótano del laboratorio. Solo encontraron su cuaderno. En la última página, escrita con trazo tembloroso, decía:
“No son apéndices. Son antenas. Y algo está respondiendo.”
Desde entonces, los científicos que trabajan con células móviles duermen mal.
Dicen que si escuchás atentamente al microscopio, a veces podés oír… un susurro rítmico.
Clac. Clac. Clac. Como un llamado. Como un tambor invisible que se acerca.
¿Estás seguro de querer saber más?
… o los anillos de Saturno
Simulación de Movimiento: “Carrera de Cilios y Flagelos”
Descripción: Un juego en el que los participantes usan distintos métodos para desplazarse, simulando cómo se mueven las células con cilios y flagelos y comparándolo con el movimiento en animales superiores.
Materiales: Espacio amplio, trozos de tela o papel para representar cilios, cuerdas largas para representar flagelos.
Instrucciones:
1. Divide a los jugadores en dos equipos: “cilios” y “flagelos”. Cada equipo tendrá una estrategia distinta para desplazarse en una carrera de obstáculos.
2. Equipo “cilios”: Los estudiantes se colocan en el suelo y solo pueden impulsarse usando los trozos de tela o papel como si fueran pequeñas “vibraciones” o movimientos cortos, simulando el movimiento coordinado de los cilios.
3. Equipo “flagelos”: Cada estudiante toma una cuerda larga y, arrastrándola desde atrás y moviéndola en ondas, trata de impulsarse hacia adelante simulando el movimiento ondulante de un flagelo.
4. Al final de la carrera, ambos equipos comparan la velocidad y el esfuerzo necesario en cada caso.
Discusión: Reflexionan sobre cómo estos mecanismos permiten el movimiento en organismos unicelulares, como el paramecio o el espermatozoide, y cómo en los animales superiores, aunque no tienen cilios ni flagelos para desplazarse, tienen músculos y extremidades que cumplen funciones similares. También discuten la eficiencia de cada tipo de movimiento en distintos entornos.
Objetivo: Entender las diferencias de movimiento entre cilios y flagelos, y cómo en animales superiores se han desarrollado estructuras complejas para cumplir con esta necesidad de desplazamiento.
Actividad Sensorial: “Sensores en Acción”
Descripción: Una actividad para experimentar cómo los cilios y los flagelos no solo ayudan en el movimiento, sino que también permiten a los organismos detectar su entorno, y cómo esta función de sensibilidad sigue presente en los animales y humanos.
Materiales: Cajas con objetos de diferentes texturas, varillas o pinceles, papel y lápiz.
Instrucciones:
1. Coloca objetos dentro de cajas que los estudiantes no puedan ver directamente (pero sí tocar) y dales una varilla o pincel para que lo usen como una “extensión” sensorial.
2. Con los ojos vendados o sin mirar dentro de la caja, cada estudiante toca el objeto con la varilla, tratando de sentir y describir la textura, forma y características de cada objeto.
3. Después de intentar adivinar qué objeto es, reflexionan sobre cómo la varilla les sirvió como una extensión de sus sentidos, igual que los cilios y flagelos permiten que las células y microorganismos “sientan” el ambiente a su alrededor.
Discusión: Explicar cómo en los organismos superiores, estructuras como los cilios en las vías respiratorias humanas (que eliminan partículas y protegen los pulmones) y las células ciliadas del oído interno (que detectan el sonido) tienen una función sensorial similar. Comparan esta sensibilidad con cómo, en humanos, los sentidos (tacto, audición, equilibrio) cumplen un papel similar en la percepción del entorno.
Objetivo: Explorar cómo la capacidad de detectar el entorno es esencial tanto para microorganismos como para organismos superiores, y comprender la importancia de la sensibilidad en el movimiento y en la respuesta al entorno.
Mini-laboratorio de Observación: “Cilios y Flagelos en Acción”
Descripción: Una actividad de microscopía donde los participantes observan a organismos con cilios y flagelos para ver directamente cómo se mueven y responden al entorno.
Materiales: Microscopios, portaobjetos, agua estancada o muestras de paramecios, Euglena o espermatozoides, papel y lápiz para anotar observaciones.
Instrucciones:
1. Los participantes observan diferentes microorganismos en movimiento. Primero, un paramecio para estudiar los cilios, luego una Euglena o espermatozoides para observar el flagelo.
2. Les pides que anoten cómo se mueven los microorganismos, si detectan patrones de desplazamiento, y cómo interactúan con otras partículas en el agua.
3. Luego, discuten en grupo las observaciones y comparan cómo se mueve cada organismo, relacionando sus notas con el funcionamiento de cilios y flagelos.
Discusión: Hablan sobre cómo estos mecanismos permiten no solo el desplazamiento, sino también la interacción con el entorno en los organismos unicelulares. Se relaciona con los sistemas sensoriales de animales y humanos, como el sentido del equilibrio (otolitos en el oído humano) que depende de pequeñas estructuras similares a cilios que responden al movimiento.
Objetivo: Permitir la observación directa de los movimientos de cilios y flagelos, y cómo estos permiten a los microorganismos desplazarse y responder a estímulos.
📁 Registro 5: Evaluación del protocolo de defensa
